Muchas veces tanto padres como educadores pierden de vista el hecho de que sus creencias, expectativas, necesidades y percepciones ya sea conscientes o inconscientes, moldean y forjan las maneras de interactuar, relacionarse y más grave aún las propias percepciones, creencias y expectativas de un niño.
Es de esta manera que se desarrolla la historia de los primeros años de la vida de Dibs, de 5 años de edad, quien sufrió las consecuencias de las expectativas y carencia de éstas impuestas por sus padres. Así nos lleva la Psicóloga Virginia Axline, a través de la vida de Dibs, describe su conducta atípica, sus múltiples intervenciones por médicos y psicólogos, su carencia de autoconcepto y sus rápidos avances a través de la terapia de juego no directivo.
Dibs, como lo describe Virginia Axline, era un niño retraído, incapaz de establecer interacciones sociales, sin destrezas de comunicación y distante. Había sido inscrito en la institución donde estudiaba por posición y estatus de su familia ya que de otra manera no lo hubieran aceptado. Pasaba el día en la escuela escondido de las personas, explorando por su cuenta, no obedecía, no seguía instrucciones ni hacía lo que los niños de su edad hacían. Cada día sus maestras se empeñaban por que hiciera lo que era esperado, sin embargo no salía del mundo distante donde parecía estar encerrado. Una de sus maestras creía en el potencial de Dibs, sin embargo Psicólogos, médicos, educadores y sus padres sospechaban la presencia de autismo o algún tipo de retraso mental en Dibs. De esta manera Virginia Axline aprovecha la oportunidad de ofrecer a sus padres la terapia de juego con fines de estudio, sus padres, sin expectativa alguna de que la terapia de juego de frutos en Dibs, aceptan recelosamente.
Dibs empieza a ir a su terapia de manera tranquila y tomando cierta confianza. A través de las primeras sesiones Axline va descubriendo a través del juego no directivo, las capacidades extraordinarias de Dibs en cuanto a lectura y conocimientos, capacidades inéditas para sus maestras y familia. Dibs a través de la terapia va atravesando las fases de descubrimiento personal, y como sorpresa va adquiriendo su autoconcepto. Es extraordinariamente rico presenciar a través de la lectura de las transcripciones de Axline la manera en que Dibs se descubre y se encuentra a sí mismo. El juego de Dibs va mostrando distintos matices mientras Dibs va solucionando sus preocupaciones, percepciones, creencias, ideas, problemática y diario vivir, el juego va avanzando y se va desarrollando cada vez más, trayendo a la conciencia todo lo que él había reprimido a lo largo de su vida.
Contrario a las creencias tanto de expertos como de sus padres y conocidos, Dibs resulta ser un niño superdotado, opacado por sus graves problemas emocionales, sociales, familiares y de interacción, resultado directo de su falta de autoconcepto derivado del modelo de crianza, falta de muestra de afecto y bajas expectativas de sus padres. Dibs logra desarrollarse de una manera extraordinaria a través de la terapia de juego no directiva y hacer brillar todas las cualidades y potenciales que no lograban salir a flote por su problemática; sin embargo no es esto lo más impresionante de “Dibs en busca del Yo”, sino cómo la terapia de juego no directiva aparte de hacer emerger las maravillas mencionadas anteriormente en Dibs, también logra llegar a la familia y a la dinámica vivida en casa, sin siquiera trabajar inmersa en ésta. La terapia de juego no directiva en “Dibs en busca del Yo” es como la luz al final del túnel.
Reseña del libro "Dibs en Busca del Yo" por Virginia M. Axline
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg){kind=link}